Reto a mi Ahijado

Después de un pequeño tiempo sin escribir, he decidido volver con un reto a mi ahijado, esperando un intercambio de altura, con datos y lo más seria posible. Siendo honestos, procuro sembrar la semilla de la duda y en el mejor de los casos un cambio de pensamiento.

El tema gira entorno al Tratado de Libre Comercio entre Centro América y Estados Unidos (pero igual sobre el libre comercio en general). Mi ahijado está en contra, yo estoy decididamente a favor.

Veamos lo siguiente:

Costa Rica tuvo hacia finales de la década de los ochenta (esa que ya es dada a conocer como la década perdida, y que ahora algunos pseudo neo redactores de la historia han denominado el inicio del neoliberalismo en Costa Rica), a pesar de la terrible crisis económica dejada por la ineptitud del gobierno de Carazo, el desemplo más bajo del continente, llegando a la cercanía del 3%.

Hoy el desempleo ronda el 6.2% (apróximadamente el doble que hace 15 años), con el agravante de que un 1% de la población de hace 15 años no puede ser comparado con 1% de la población actual, pues ahora somos muchos más. Esto quiere decir que un 6.2% es ya por si mismo una gravedad, y agregandole el crecimiento poblacional, pues adquiere altos niveles de alarma.

Ahora bien, esos datos solo para tenerlos presentes.

Para que el crecimiento en el desempleo en Costa Rica se detenga es necesario que anualmente se creen 55.000 nuevos empleos, y para que haya una tendencia a la reducción, se necesitan aproximadamente 62.000 nuevos empleos anuales.

Es claro y evidente que el Estado costarricense no puede absorver esa cantidad de miles de personas y que el empleo solo puede generarse por parte del sector privado.

Así las cosas para que el sector privado pueda generan más empleo es con dos posibilidades (que tienen que ser complementarias):

1. Con la creación de nuevas empresas (aquí es fundamental el surgimiento de las PyMEs)
2. Con la inversión extranjera directa.

Con el TLC, al eliminar los aranceles de entrada a los productos ticos en EEUU, pues aumentaría la posibilidad de aumentar la producción y al aumentar la producción pues se crearán más fuentes de empleo.

Por el contrario, si el resto de Centro América aprueba el TLC, menos Costa Rica, a nosotros se nos encarecería enormemente el envío de bienes y servicios a EEUU, mientras que para el resto de la región se abaratarían. Si usted tuviera una empresa en Costa Rica donde producir le sale más caro que en países vecinos ¿no le quedaría mejor irse a alguno de estos países a producir?

Eso es lo que al final pasaría, y el costo de no aprobar el TLC traería consigo un estancamiento de la producción nacional y muy probablemente un aumento en los niveles de desempleo. Es además lógico, si tenemos un mercado donde más de 300.000.000 (TRESCIENTOS MILLONES) de personas puedan comprar, pues cada vez más se necesitaría aumentar la producción y cada vez más se haría necesario el empleo calificado.

Finalmente establezco que el TLC por si solo no trae ninguna novedad sin no contar con las estrategias nacionales para aprovechar el surgimiento de nuevas empresas.

La pregunta a mi querido ahijado:

¿Si no aprobamos el TLC, cómo reducimos el desempleo? ¿cuál es la alternativa al "No"?